viernes, 13 de julio de 2012

Actualización del absurdo y avance hacia ninguna parte

Economía, Cambios, Reformas

Actualización del absurdo y avance hacia ninguna parte

¿Servirán los submarinos y los tanques para resolver problemas de la
economía?

Eugenio Yáñez, Miami | 12/07/2012 10:28 am

No hay nada más inútil y frustrante que pretender mejorar cualquier cosa
que no sirva para nada. Y mientras más seriamente se intente, más inútil
y frustrante es el resultado.

Es lo que sucede en Cuba con la tan llevada, traída y cacareada,
"actualización" del modelo, con la que Raúl Castro, en estos días
peripatético, pretende oxigenar un cadáver que, además de rigidez, hace
rato despide pestilencias que no dejan demasiado espacio a la esperanza.
Sin embargo, ni la búsqueda de ayuda económica en China, Vietnam y
Rusia, ni mucho menos la de armamentos, lograrán que el neocastrismo se
levante y ande como si fuera San Lázaro.

A pesar de los esfuerzos de muchos pensadores y funcionarios para
sustentar o justificar un "modelo" cada vez más surrealista y
disfuncional, no hay manera de dar sentido al absurdo ni hacer coincidir
objetivos con planes, mecanismos, intereses, intenciones, dirigentes y
estilos, donde cada quien mira solamente hacia sí, y a pesar de todo lo
que se proclama, nadie trabaja coordinadamente ni a nadie le interesa
hacerlo: un modelo perfecto de "capitalismo salvaje".

No se trata de "imperialismo", "mafia de Miami", "bloqueo", "crisis
internacional", "sequía", "huracanes", "gusanera", "campañas contra
Cuba", "mercenarios","agentes de la CIA", sino de problemas y
dificultades derivados de las profundas deficiencias intrínsecas y
genéticas del sistema, de eso que el régimen llama "socialismo" por
llamarle de alguna manera, pero que ni los mismísimos Marx y Engels
serían capaces de explicar hoy en qué consiste ni lo que pretende.

El régimen padece insuficiencias innatas que no las puede extirpar o
aliviar ni el más organizado de los partidos comunistas, ni tampoco los
"cuadros" más brillantes; imposible "perfeccionar" un árbol que, al
nacer torcido, no endereza su tronco: tarea que debería quedar para el
reino de lo divino, pero se supone que los comunistas sean ateos.

Ante estas realidades, ¿para qué está buscando Raúl Castro en Rusia
submarinos, tanques y nuevas tecnologías militares, según la prensa
rusa? ¿Acaso para enderezar la economía o "actualizar" el sistema? ¿Para
producir alimentos? ¿Para construir viviendas? ¿Para obtener agua
potable? No será para combatir a Estados Unidos, que no pretende invadir
a Cuba, a pesar de la interminable propaganda del régimen en este
sentido. Y, además, no estamos en la época de las guerrillas del Segundo
Frente oriental. Si EEUU atacara la Isla, de nada servirían esos tanques
y submarinos rusos en una guerra sofisticada y digital, en que aviones,
misiles y computadoras deciden las acciones combativas.

Los problemas son reales y tienen que ver con los tiempos de Raúl
Castro, que ya cubren seis años desde julio del 2006: el famoso vaso de
leche que no aparece; o la reforma migratoria que no se materializa, o
la tierra entregada en usufructo sin condiciones para trabajarla; o los
créditos a particulares para construcción y reparación de viviendas, que
no alcanzan para mucho, o el fracaso absoluto de la producción
agropecuaria estatal, o los derrumbes de edificios y viviendas, o la
corrupción, o la crisis del transporte, o las indisciplinas laborales, o
la crisis en la educación, o los deterioros permanentes en la salud
pública, o la fuga de deportistas y profesionales, o la
descapitalización del país, o los salarios insuficientes para vivir, o…
inacabable la lista. Se supone que todo eso está en "perfeccionamiento"
o "actualización", ¿no?

Sin embargo, ¿cuál de esos problemas se resuelve con submarinos y
tanques? La propaganda oficial se centra en problemas "locales" y "la
burocracia" en abstracto, es decir, juega con la cadena, nunca con el
mono. Cada vez que intentan resolver un problema y le dedican un poco de
atención, surgen dos o tres nuevos, derivados de la forma en que
funciona el que se quiere resolver, y entonces hay cada vez más
problemas, mucho más complicados, complejos y difíciles que el que se
pretendía resolver. Así se van multiplicando como reacción en cadena.
Crisis que no puede decirse que sea muy difícil de resolver, porque es
imposible hacerlo.

Tratando de organizar los contratos, para darle solidez a la burocrática
planificación centralizada, el conflicto que más sale a flote
recientemente, por entre el marabú, la moringa y las "mini-reflexiones"
de quien tú sabes, es el de los incumplimientos de los pagos entre
empresas productoras y receptoras de productos y servicios, es decir,
entre vendedores y compradores, que el argot del eufemismo oficial en
Cuba le llama "impago", y que en buen castellano debería llamarse relajo.

Si los compradores no pagan, los productores no pueden seguir
produciendo. Y si los productores no producen no tienen nada que vender,
y los compradores nada que comprar (eso que Marx llamaba reproducción
simple y ampliada, ¿recuerdan, señores marxistas?). Y si no hay ni
vendedores ni compradores, no funciona la economía, no se "realiza" la
mercancía (¿recuerdan, señores marxistas?). Entonces, ¿qué importancia
tiene que haya miles o millones de militantes del partido tratando de
resolver los problemas? ¿De qué sirve que los chinos otorguen algunos
créditos, los vietnamitas regalen toneladas de arroz, y los rusos ayuden
a perforar petróleo?

Y si está claro que ni con el apoyo de chinos, vietnamitas y rusos se
pueden resolver los problemas de la economía, ¿qué sentido tiene buscar
submarinos y tanques? Porque no pensará nadie que volverá el tiempo de
los subsidios soviéticos al Gobierno cubano.

¿A que se reduce, entonces, la "actualización del modelo" neocastrista?
A más de lo mismo, a promesas incumplidas, a interminables reuniones que
conducen a ninguna parte, a pedir donaciones y créditos a gobiernos que
estén dispuestos a darlos.

¿Nada más? Sí, como no: también a buscar submarinos y tanques de guerra.

http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/actualizacion-del-absurdo-y-avance-hacia-ninguna-parte-278424

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