martes, 20 de marzo de 2012

Carta abierta al Papa Benedicto XVI

Carta abierta al Papa Benedicto XVI

El Sumo Pontífice Benedicto XVI tiene previsto visitar la isla del 26 al
28 de marzo.
marzo 20, 2012
Santo Padre:

Las palmas arrogantes que se bambolean por el viento y al son del
tambor, anuncian junto al cálido sol que ilumina la verde manigua al
tiempo que le da transparencia a las aguas, la presencia del
archipiélago cubano, donde su forma de caimán refleja múltiples
ergástulas en esa tierra bendita que ud. pisará próximamente, en una
visita pastoral como peregrino del amor y la esperanza.

¡Cuba le espera Santo Padre!, y lo hace con alegría y regocijo aunque
por dentro sus laceraciones no dan más por una cruel y vieja dictadura
que estigmatiza a sus hijos, y dejó en los pelotones de fusilamiento a
los más bellos y dignos, que no tuvieron la fortuna de quienes hemos
padecido pero seguimos vivos, para pedirle hoy que no nos abandone.

Santo Padre, quizás sus pasos en Cuba chapoteen la sangre de los
mártires que gritando ¡Viva Cristo Rey!, pasaron a formar parte del
martirologio cubano, mártires que le recibirán y marcharán a su lado
junto a los feligreses que le aman, pero que serán invisibles para quien
no quiera verlos. Solo las almas puras podrán detectar el aroma que sus
ejemplos irradian. Sé que usted es sensible al dolor de nuestro pueblo,
aunque sus más cercanos colaboradores en el Vaticano no opinen así.

La Iglesia que vive y trabaja en Cuba se ha preparado fuertemente para
este acontecimiento y el gozo que experimenta se ve opacado por el
recrudecimiento de la represión contra mujeres valerosas como las Damas
de Blanco, así como contra opositores políticos y activistas por los
derechos humanos.

Su Santidad, la represión es transparente en el aspecto político, pero
existe también en lo social, religioso, económico, racial y
generacional, por no mencionar que abarca todo el ámbito cubano, típico
de las tiranías.

Su visita es pastoral y no debe ser manipulada por mi ni por nadie.
Aprendí cuando estudiaba Filosofía que los valores espirituales son
generales y universales, que lo que no es bueno para unos, no es bueno y
lo que es bueno para todos, si es bueno.

Interpreto el sentimiento de muchos que no queremos que se meta en
política, pero sí esperamos que como buen hombre Siervo de los siervos
de Dios, se deje interpelar por quien usted representa en la Cátedra de
Pedro. Ese Jesús que se le apareció al apóstol Pedro cuando huía de
Roma, e hizo que éste cambiara su mentalidad y actitud regresando a
enfrentar la muerte por el anuncio del Evangelio hasta las últimas
consecuencias.

No nos defraude, cumpla con su compromiso de jefe de Estado que visita a
un país con quien tiene relaciones diplomáticas, pero ténganos presente.

Mejor dicho Santo Padre, que los cantos de sirena no le hagan olvidar a
los presos políticos actualmente en las cárceles o en celdas tapiadas,
no olvide a sus feligreses que vivieron una noche oscura durante más de
50 años y que hoy no se libran de ella, no olvide el llanto de los niños
que fueron hundidos en el transbordador "13 de marzo" y el grito de sus
madres y padres que no pudieron parar la masacre, no olvide a los que
desde niños fuimos marcados por la bestia por el crimen de practicar
nuestra Fe, no olvide a los Hermanos al Rescate asesinados en el aire,
no olvide que es bueno buscar espacios para la Iglesia pero vaya a la
raíz del problema y que el espacio a buscar abarque al pueblo en
libertad y democracia.

No soy nadie para darle lecciones, usted supera mi inteligencia y
capacidad y sabe muy bien cuál es su deber. Perdone si al recordarle
estas cosas lo ofendo, no es mi intención. Amo a la Iglesia y a ud. como
Vicario de Cristo, amo a la Iglesia en Cuba como a sus obispos,
sacerdotes, religiosas y religiosos, seminaristas, laicos y catecúmenos,
aunque pueda disentir de algunas de sus posiciones.

Santo Padre, Cuba es bella, pero el cubano lo es más. Hay cubanos en la
Patria y otros estamos en el exilio. Se nos habla de reconciliación y es
válido, pero las víctimas del régimen totalitario no tenemos con quién
reconciliarnos porque nunca hemos dejado de amarnos, y reconciliarse con
la dictadura sería como hacerlo con el pecado, con el mal, y eso la
Iglesia no lo acepta, porque aunque lleguemos a amar y perdonar al
pecador, no lo podemos hacer con el pecado que todavía comete.

Pido a María de la Caridad, cuyo cuarto centenario del hallazgo de su
imagen ud. va a conmemorar, que le haga sitio en su barca, para ser
junto a ella amor.

http://www.martinoticias.com/content/article/9524.html

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