jueves, 13 de octubre de 2011

Salvemos al Oasis!

¡Salvemos al Oasis!
Jueves, Octubre 13, 2011 | Por Alejandro Tur Valladares

CIENFUEGOS, Cuba, octubre, www.cubanet.org -Casi desconocido para
algunos, completamente olvidado para otros y muy querido y respetado
para una exigua minoría de intelectuales y jóvenes estudiosos de la
filosofía y el pensamiento del apóstol, se alza en la zona de Playa
Alegre, antiguo reparto Laredo de la ciudad de Cienfuegos, el Oasis
Teosófico Martiano.

La casona rectangular, rodeada de amplios portales y áreas para el
cultivo de flores, fue adquirida por el emigrado español Manuel Martínez
Méndez en el año 1952, según consta en escritura número 69 del 30 de
noviembre de 1953, ante el notario Dr. Osvaldo Dorticós Torrado, quien
más tarde fuera presidente de Cuba.

El Reglamento interior de la Institución en su artículo primero
establece: "La Fundación Cultural Oasis Teosófico- Martiano, es un
centro de divulgación y formación cultural".

Desde la adquisición del inmueble, la casona ha fungido como sede
institucional, nunca como vivienda. Durante sus sesenta años de
existencia ha sido un centro para la difusión de la filosofía, la
teosofía, el misticismo, la historia universal y especialmente la local,
la literatura y el arte en general, pero sobre todo el pensamiento de
José Martí.

El propósito de la institución queda definido en las propias palabras de
Manuel Martínez, utilizadas constantemente como invocación de apertura
de las reuniones habituales: "Este Oasis Teosófico-Martiano es un lugar
de paz donde se ha de practicar la fraternidad. Sus fines primordiales
son el amor a la verdad vivido en la práctica, hacer de la patria ara y
no pedestal y propagar aquella antigua sabiduría o aquel saber que sabe
lo divino".

En este sentido, la institución ha mantenido su línea de trabajo a
través del tiempo, siempre siguiendo los preceptos de su fundador y
primer presidente. Las múltiples reuniones con charlas, conferencias y
debates así lo demuestran. En sus comienzos se realizaron cursos
dedicados al estudio del pensamiento de José Martí. Estos cursos
contaron con la colaboración de intelectuales de la talla de: Isidro
Méndez, Miguel Soto, Heriberto Palenque y Saturnino Tejera entre otros.

De esta brillante etapa merece destacarse la presencia del Dr. Agustín
Acosta, en aquel momento considerado el poeta nacional, el investigador
Walter Blonquist, autor del libro Homonomía, así como la visita de
personalidades jurídicas y políticas de la localidad como el Dr. Osvaldo
Dorticós Torrado.

Entre los años sesenta y hasta el final de la década del ochenta, época
durante la cual el totalitarismo implementa un profundo control social,
la institución perdió el esplendor de la fase inicial; aunque
continuaron las reuniones con muy escasa asistencia y poca regularidad.
La muerte del presidente fundador en 1976 contribuyó al debilitamiento
del trabajo.

Al final de la década del ochenta algunos jóvenes intelectuales de la
localidad y de municipios cercanos se aproximan a la institución,
comienza así una nueva etapa de esplendor que contó con la colaboración
de destacados martianos de nuestra provincia.

A partir de 1993 asume la presidencia de la Fundación el Dr. Alberto
Roteta Dorado, conocido médico y profesor de la localidad que se ha
dedicado además al estudio de la filosofía y la teosofía por más de
veinte años. De esta nueva etapa merecen destacarse las participaciones
de destacados intelectuales contemporáneos de la provincia entre los que
se encuentran: el filólogo e investigador José Díaz Roque, los
profesores universitarios Roberto Sotolongo, Mirta Luisa Acevedo,
Esperanza Díaz, el poeta Vega Falcón, y más recientemente los jóvenes
escritores Ariel López Home y Fidel Gómez, entre otros.

No obstante la gran labor de esta institución – única de su tipo en
Cuba, su quehacer fue interrumpido en noviembre del año pasado,
situación que hasta el presente se mantiene, sin que nada haga presagiar
que pueda cambiar. Por la fecha señalada su presidente fue citado por
las autoridades del gobierno cubano, quienes le comunicaron que quedaban
prohibidas las sesiones del Oasis.

Según la funcionaria que le atendió, la razón por la cual dicha
institución tuvo que suspender tan noble labor, fue porque durante los
años iníciales del llamado proceso revolucionario cubano, las diversas
instituciones de este tipo debieron reinscribirse ante las autoridades
del nuevo gobierno y esta presuntamente no quedó registrada. Según la
funcionaria el señor Manuel Martínez no hizo este trámite – esto fue
explicado verbalmente al presidente, a quien no se le enseñó documento
alguno que demostrara lo expuesto, ni se le dio a conocer de donde
procedía la decisión.

Ante el intento de reinscripción por parte de su presidente según lo
reglamentado, no se le permitió; exponiendo la citada funcionaria que
no estaba facultada para contribuir a la apertura de Fundaciones de este
tipo. El presidente conserva en su poder toda la documentación original
respecto al carácter legal de la institución, documentos firmados por el
Dr. Osvaldo Dorticós, quien lamentablemente se suicidara, como lo
hicieran otros líderes políticos del proceso revolucionario cubano.

Varios miembros de la gubernamental Sociedad Cultural José Martí,
haciendo referencia al incidente sostienen la idea, que el local del
Oasis Martiano pasará a manos de ellos.

"Resulta significativo – dice su presidente – que al cabo de cincuenta
años y en medio de los llamados cambios que se están produciendo en
nuestro país, las autoridades del gobierno cubano a través de sus
representantes en el ministerio de Justicia y el Registro de
Asociaciones tomen represalia y clausuren una institución que se ha
mantenido por más de sesenta años de labor ininterrumpida ofreciendo lo
mejor del pensamiento del héroe cubano y lo más abstracto del
pensamiento filosófico de todas las épocas".

El Oasis Teosófico Martiano no se ha mezclado jamás en la política, mas
ha sido un espacio ajeno a la censura, el autoritarismo o la imposición,
hecho que al parecer bastó para hacerle caer en desgracia. "Si la
sociedad cultural José Martí no tiene locales como el Oasis, no es justo
que intenten apropiarse de aquello que no les pertenece, ni que
encuentren apoyo por parte del gobierno." Considera Alberto Roteta Dorado.

La disolución de la Fundación Cultural Oasis Teosófico Martiano es un
acto que dejará una huella inolvidable en la cultura y en la historia de
nuestra nación; pero muy especialmente en la historia de nuestra
localidad. Esta institución existía y estaba activa cuando muchos de los
que hoy integran la sociedad cultural José Martí no se habían preocupado
por el pensamiento del apóstol de la independencia cubana.

Los jóvenes que con verdaderas motivaciones intelectuales y culturales
asistían asiduamente a los encuentros del Oasis, están deseosos de
volver a reunirse para escuchar las pláticas sobre la filosofía de
Pitágoras o de Aristóteles, abordadas desde posturas anti dogmáticas,
desprejuiciadas de todo el mal que algunos manuales oficiales pretenden
imponer. "¿Cómo ha sido posible – se pregunta extrañado Roteta- que una
institución se mantuviera abierta y activa por más de medio siglo sin
ser controlada por nada ni nadie siendo ilegal? ¿Por qué precisamente
ahora utilizar un paso incorrecto desde el punto de vista legal – si es
cierto esto – como pretexto para cerrar uno de los pocos lugares de la
localidad en el que se reúnen personas interesadas en la filosofía y las
enseñanzas martianas?"

Los miembros más activos de la institución son trabajadores y
estudiantes, médicos, psicólogos, profesores, músicos, escritores,
estudiantes de las carreras de historia, estudios socioculturales y
medicina, artistas de la plástica, económistas e informáticos, todos con
vida activa y conductas consideradas como correctas en sus respectivos
centros. Cada uno de ellos dispuestos a entrevistarse con cualquier
autoridad gubernamental que así lo considere, con la intención de
aclarar cualquier aspecto que pudiera ser dudoso en relación al
funcionamiento y los fines de esta institución.

http://www.cubanet.org/articulos/%c2%a1salvemos-al-oasis/

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