jueves, 20 de octubre de 2011

Aduaneros y trapo-traficantes

Aduaneros y trapo-traficantes
Jueves, Octubre 20, 2011 | Por Augusto Cesar San Martin

LA HABANA, Cuba, octubre, www.cubanet.org –Los funcionarios y empleados
de la Aduana General de la República brindan al visitante que viene del
extranjero, desde el mismo momento de su llegada al país, la primera
imagen de la corrupción que reina en toda Cuba.

Desde que el pasajero desembarca, los maleteros ofrecen algo más que
ayuda para cargar el equipaje. Aceptar la oferta es siempre una buena
idea, pues asegura no pagar el supuesto ¨derecho de aduana¨ por
sobrepeso, algo que de hecho ya había sido abonado por el pasajero a la
línea aérea. Al viajero que declina el amable ofrecimiento de los
maleteros lo espera el personal de rayos x.

Estos maleteros siempre detectan a los cubanos que entran al país,
aunque vengan camuflados en aviones repletos de extranjeros.
Generalmente es fácil hacerlo, pues conocen las carencias internas y la
costumbre que tienen los cubanos de cargar como burros para la familia.
En una estrategia coordinada, marcan las maletas de los cubanos para que
sean chequeadas por los aduaneros del salón, a quienes alertan sobre el
contenido del equipaje.

En el salón de despacho, una vez que el equipaje esta marcado, continúan
las ofertas. Las propuestas pueden llegar de otro pasajero, generalmente
de los que viajan con frecuencia a la Isla, que está en combinación con
el personal de la Aduana. Aceptar es la última oportunidad para evitar
que el equipaje sea abierto en la mesa de chequeo. El rechazo del iluso
pasajero, lo lleva al punto culminante de la cadena extorsionista.

El despliegue de la maleta abierta, llena de artículos del más allá
capitalista frente a los ojos del aduanero, que sufre las constantes
carencias del socialismo, despierta aun más la codicia. Cuando el
pasajero no puede pagar los 100 o 150 dólares, que oficialmente le
imponen, todavía aportar ¨algo¨ por la izquierda lo salva.

Al viajero que se niega a dar dinero, se le extorsiona pidiéndole
mercancía para liberarlo del trance. Como el aduanero no puede tomar la
mercancía allí, a la vista de todos, la táctica es seleccionar la
mercadería que desea, indicársela al propietario y anotar el número de
teléfono o dirección a dónde irá el viajero cubano, para luego ir a
recoger el botín.

En los casos de cubanos que viajan al país con frecuencia, se establecen
"alianzas" y se ajustan precios; por ejemplo, el aduanero le ofrece la
opción de pagar 150 dólares por cada entrada, o por cada equipaje que
quiera pasar, a cambio de la garantía de que no será molestado. El
pasajero marca la maleta del modo acordado por ambos y el equipaje entra
sin dificultades. Este tipo de operación se implementa generalmente con
los cubanos ¨trapo-traficantes¨ que se dedican a importar mercadería
desde Ecuador y Estados Unidos.

Muchos aduaneros también aspiran a salir del país y hacen el dinero para
costearse su viaje extorsionando a los cubanos que regresan. Conozco el
caso de una ex funcionaria de la Aduana, que reside ahora en Ecuador.
Emigró a tiempo para evitar que la investigaran cuando se hizo evidente
la subida en su nivel de vida. Había comprado un auto y comenzado a
reparar su casa. El novio, que aun trabaja en la aduana, le recomendó
abandonar la isla y preparar la estancia de ambos en el extranjero.

Las normas vigentes otorgan al personal de la aduana facultades
valorativas para el decomiso de mercancías, lo cual favorece la
corrupción y hace que cada viajero sea testigo de la expoliación que
sufren los visitantes, sobre todo los cubanos que deciden regresar al
"paraíso socialista" del Caribe.

acesar2004@gmail.com

http://www.cubanet.org/articulos/aduaneros-y-trapo-traficantes/

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