miércoles, 6 de julio de 2011

Trabajando por cuenta propia

Trabajando por cuenta propia
Wednesday, July 6, 2011 | Por Odelín Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) – Hace tres meses pertenezco al
gremio de trabajadores por cuenta propia de Cuba. Aproveché la coyuntura
después que se autorizara el ejercicio de la actividad privada.

La licencia ampara la actividad número 119: reparador de equipos
eléctricos y electrónicos, y el otorgamiento de esos permisos llevaba
"congelado" 8 años. Por ejercer el oficio tributo mensualmente 100 pesos
a la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT), el
equivalente a 5 dólares. Por concepto de servicios públicos, debo abonar
el 10 % de mi ganancia mensual, además de 262 pesos (12 dólares) cada
trimestre para la seguridad social. Además. al final de cada año viene
el leñazo: redactar una declaración jurada con mis ingresos en 12 meses
y de ahí pagar un estimado a la ONAT.

Los 314 mil trabajadores por cuenta propia que tributan al Estado,
cumplen requisitos similares a los míos, con mayor o menor tasa
impositiva. Por supuesto, los cuentapropistas están sujetos a controles
jurídicos y de calidad, para lo cual existen los inspectores, y éstos
últimos que también tienen que "resolver" consiguen su dinerito
adicional a costa de los inspeccionados.

La ONAT, no es el único organismo controlador de la actividad privada,
su función principal es la recaudación de impuestos y cobro de
licencias. Funciona en conjunto con los ministerios de Salud Pública,
Justicia, Comercio, e Interior.

Curiosamente, la única visita gubernamental que he recibido hasta el
momento en mi taller, fue de un oficial del Departamento Técnico de
Investigaciones (DTI), el miércoles 15 de junio; y respondía, según
dijo, a un "trabajo conjunto entre la ONAT y el Ministerio del Interior".

Según el oficial, se está llevando un libro de registro con los clientes
que lleven equipos a reparar a los talleres privados. "Puede darse el
caso –dijo- de que algún equipo sea robado de una escuela o centro laboral".

Le contesté que en mi caso llevó un registro de clientes, pero sólo para
tener constancia de la garantía y los defectos de las reparaciones.
También le comenté que es opcional para mis clientes darme el nombre y
los apellidos.

En algo coincidimos: nadie es adivino para saber si un receptor de radio
o televisión que traigan a un taller particular es robado de una empresa
u otro organismo estatal. Mi función es repararlo, cobrar por ello y
tributar lo debido a la ONAT.

Para aclarar dudas invité al oficial del Departamento Técnico a pasar a
mi taller de reparaciones. La acumulación de obsoletos tarecos
electrónicos lo convenció de que estaba en el lugar equivocado y con el
cuentapropista erróneo. Le reiteré que llevo y llevaré la lista de mis
clientes, pero sólo para registrar el tiempo de garantía y otra
información necesaria en la relación comercial.

Seguramente otras actividades por cuenta propia son también monitoreadas
por la policía, además de por la ONAT, sobre todo aquellas que requieran
el uso de materias primas comercializadas por el Estado: madera, pieles,
pegamentos, esmaltes, combustibles, etc. Mientras no se habilite una red
mayorista donde puedan abastecerse los que presten servicios o fabriquen
artículos por cuenta propia, la economía informal continuará floreciendo
y el desvío de recursos estatales será su principal fuente de
abastecimiento.

En mi opinión, llevar un libro de registro con el origen de todo lo que
llegue a mi taller, para informárselo a la policía, es algo así como
hacer un trabajo de informante por cuenta propia; una licencia que no pedí.

Esta colaboración entre el DTI y la ONAT, que pretende involucrar a los
trabajadores por cuenta propia tiene todas las características de un
impuesto adicional en "información".

Nada para asombrarse; seguimos viviendo en Cuba, donde nunca han faltado
los "chivatos por cuenta propia".

odelinalfonso@yahoo.com

http://www.cubanet.org/articulos/trabajando-por-cuenta-propia/

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