lunes, 11 de julio de 2011

El retorno

El retorno
Monday, July 11, 2011 | Por Luis Cino Álvarez

LA HABANA, Cuba, julio, www.cubanet.org -Desde que anunciaron que a Hugo
Chávez hubo que operarlo en La Habana, se dispararon los rumores más
descabellados y algunos que no lo eran tanto. Con tantos conspiradores
natos implicados y el habitual secretismo de estado, era de esperar.
Sólo que Chávez, a diferencia de su mentor, daba explicaciones de su
enfermedad. Pero eso, en vez de esclarecer, oscurecía.

En estos días, he escuchado decir, entre otras cosas, que a Chávez le
inoculó el cáncer el Mossad por su amistad con Ahmadinejad; que ni
porque hizo iyabó con un babalao habanero se salvaría; le quedarían
semanas de vida y lo enterrarían en un mausoleo -¡otro más!- en Cuba;
que habría una guerra civil en Venezuela a la que el gobierno cubano no
tendría que enviar sus militares porque ya estaban allí, desde hace
años, en posición anotadora; que volverían los apagones de 10 y 12 horas
cuando dejara de llegar el petróleo de Maracaibo y que, ahora sí, el
castrismo no sobreviviría este nuevo período especial.

Pero lo que más absurdo parecía es lo que decían algunos: que Chávez se
hacía el casi muerto para ver el casi-entierro que le hacían. Según
estas versiones, la enfermedad de Hugo Chávez era una farsa, aconsejada
por el Compañero Fidel, para subir la popularidad del líder venezolano
en apuros, de cara a las elecciones presidenciales del próximo año.

La lógica indicaba que, aun sabiendo cómo es Chávez, sería demasiado
riesgoso jugársela al pegado precisamente ahora. Eso, por no decir que
parecía demasiado maquiavélico y de mal gusto.

Pero entonces -¡oh, milagro de la Virgen, los espíritus de la sabana y
la medicina cubana!- se produjo su apoteósico regreso a Caracas, justo a
tiempo para participar en los festejos por el 200 aniversario de la
independencia de Venezuela.

Luego de este rittorna vincitore, también del cáncer como hace nueve
años de los golpistas, ya no sé qué pensar. Evidentemente, las acciones
de Chávez subieron bastante con su enfermedad. Todo parece demasiado
sensibleramente manipulado. Sólo falta Libertad Lamarque. Y se sabe
cuán sentimentales somos los latinoamericanos.

De todos modos, los opositores venezolanos deben alegrarse de no tener
como aliados a la Parca y un cangrejo. Deprime pensar que el triunfo de
una causa dependa sólo de la enfermedad y muerte de un hombre. ¿No será
más limpia y gratificante una victoria electoral?

luicino2004@yahoo.com

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