jueves, 21 de julio de 2011

El delito de robo con fuerza

El delito de robo con fuerza
Thursday, July 21, 2011 | Por Frank Correa

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) – A pesar de la aguda crisis
económica por la que atraviesa Cuba, los robos con fuerzas a la
propiedad del Estado disminuyeron considerablemente en los últimos
tiempos.

En el nuevo código penal, este delito comenzó a castigarse severamente
con condenas de hasta treinta años. Y el Tribunal Supremo concedió
pocas revisiones de causas a los individuos que cometieron acciones
violentas contra los bienes del Estado.

En los años noventa, se desató una oleada de robos con fuerza en
las bodegas estatales del comercio minorista, pero fue sofocada por
operativos policiales contra el mercado negro, donde se vendían los
productos robados. Acaparamiento, venta ilícita de artículos de
procedencia dudosa, cohecho, eran imputaciones suficientes para que los
detenidos delataran a los ladrones.

La red de mercados estatales vende los productos de la canasta básica
asignados para cada ciudadano por la libreta de abastecimiento: arroz,
frijoles, jabones, aceite, cigarros, productos de venta rápida, que
aportaban buenas ganancias en el mercado negro.

Luego de un robo en una bodega era fácil llegar a los ladrones siguiendo
la ruta del mercado negro. Los mismos ciudadanos que compraban a
escondidas los alimentos robados, servían de confidentes a la policía.

Un robo que se descubrió muy rápido ocurrió en Guantánamo, en la bodega
situada en calle 2 Oeste y 3 Sur, perpetrado a dos por Chunguí y Minino,
dos hermanos que viven en el reparto San Justo. Ni siquiera alcanzaron
a saber si los frijoles se ablandaban. La olla aún estaba cogiendo
presión cuando llegó la policía, que ocupó en la casa la mitad de la
mercancía sustraída.

Muchas de las bodegas de la red minorista son las mismas confiscadas al
triunfo de la revolución a los particulares. Algunas eran parte de
las viviendas de los dueños, adaptada para el negocio. Algunos de sus
antiguos propietarios continuaron trabajando en ellas como
administradores, por un sueldo mensual.

Luis Guisazo, ex dueño de bodega y administrador retirado confesó que
la falta de atención por parte del Estado a estas decenas de miles de
viejas bodegas, ocasionó que la mayoría esté en estado deplorable.
Muchas son de madera, ya carcomida, y techo de tejas. Los bodegueros
refuerzan puertas y ventanas por dentro con cabillas y troncos de madera.

EN muchos casos, entrar en ellas es muy fácil para los ladrones, sólo
hay que cortar una cadena con una cizalla o empujar una ventana
endeble. Sin embargo, hoy existen muy pocos reportes de robos en bodegas.

Tal vez los jóvenes piensen que no vale la pena pasar tantos años en la
cárcel por robar un poco de frijoles. Hay otros modos menos peligrosos
de buscar dinero fácil.

http://www.cubanet.org/articulos/el-delito-de-robo-con-fuerza/

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