miércoles, 13 de julio de 2011

Cuba: la trabazón de los aires

Cuba: la trabazón de los aires
Infolatam
Madrid, 12 julio 2011
Por Vicente Botín

En febrero de 2008, en un encuentro con estudiantes de la Universidad de
Ciencias Informáticas, en La Habana, uno de los alumnos, Eliécer Ávila,
preguntó al presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular,
Ricardo Alarcón, por qué los cubanos no podían viajar libremente al
extranjero. La respuesta del romo funcionario ha pasado a los anales del
recetario marxista, pero de Groucho, no de Carlos Marx: "Si todo el
mundo, los seis mil millones de habitantes, pudieran viajar a donde
quisieran, la trabazón que habría en los aires del planeta sería enorme;
los que viajan son realmente una minoría".

Han transcurrido tres años desde la boutade de Alarcón, sin que Raúl
Castro, un escrutador de estrellas en busca de la cuadratura del
círculo, se haya topado con la mentada trabazón. Eso quizá le ha
inducido a plantearse la posibilidad de realizar una abertura en el
telón de azúcar. Pero Raúl Castro se muestra cauto a la hora de tomar
esa decisión, no fuera que la trabazón apareciera de improviso. Por eso,
el punto 265 del programa de "reformas" aprobado en el VI Congreso del
Partido Comunista de Cuba, recoge solo la intención del gobierno de
"estudiar una política que facilite a los cubanos residentes en el país
viajar al exterior como turistas".

Los cubanos recibieron la noticia con cierto optimismo, pese a que están
acostumbrados a que el gobierno incumpla sus promesas. Las personas que
pueden viajar al extranjero en Cuba son una minoría. En eso tiene razón
Ricardo Alarcón. La tarjeta blanca, el ansiado salvoconducto para poder
salir de la isla, es un privilegio, no un derecho, que el Gobierno
otorga a voluntad.

Hay tres categorías para poder viajar al exterior:

1.- Miembros de la nomenclatura y personalidades relevantes del régimen,
junto con sus familiares, además de algunos cubanos (no todos) casados
con extranjeros.

2.- Funcionarios, intelectuales, actores, deportistas, músicos o
miembros de otros colectivos, con la autorización expresa de los
organismos o instituciones en las que están encuadrados. La renovación
de los permisos de salida depende de su buen comportamiento, es decir,
que las declaraciones que hagan fuera de la isla sean políticamente
correctas. Si no lo son, se les puede prohibir también el regreso a Cuba.

3.- Personas autorizadas por motivos familiares o profesionales o porque
han obtenido el estatus de "emigrantes definitivos" que se otorga con
cuentagotas. En el primer caso, el aspirante tiene que presentar una
"carta-invitación" del familiar al que va a visitar, rubricada por la
embajada cubana correspondiente. Si recibe la tarjeta blanca, y para
evitar "deserciones", no puede llevar consigo a los hijos menores de
edad, que se quedan en la isla como rehenes. El tiempo máximo autorizado
de permanencia fuera del país es de 11 meses.

Durante ese tiempo, los que han salido por trabajo tienen que
inscribirse en la embajada cubana y pagar mensualmente un porcentaje de
su salario; en caso de no hacerlo, se les prohíbe el regreso a Cuba.
Además, si después de transcurridos 11 meses, no han vuelto a su país,
se convierten automáticamente en "emigrantes definitivos", es decir, en
desterrados: no pueden volver a Cuba hasta después de cinco años, y solo
como turistas, durante un periodo máximo de un mes, y eso en el caso de
que el gobierno decida autorizar su entrada. También pierden todos sus
derechos y propiedades en la isla. Esas cláusulas de restricción y
expolio se aplican también a los emigrantes con "salida definitiva".

Con tantas trabas, los cubanos que quieren salir de su país tienen que
recurrir forzosamente a otros medios, a pesar de que el Código Penal
establece fuertes penas de cárcel por "salida ilegal del territorio
nacional" o por "actos tendentes a salir del país", como fabricar una
balsa. Organizaciones radicadas en Miami han establecido un servicio
"regular" de cigarretas, lanchas rápidas que en un abrir y cerrar de
ojos transportan a la otra orilla a cualquiera que pueda pagar la nada
desdeñable suma de 10.000 dólares.

El riesgo es grande, pero mayor es el que tienen que afrontar todos los
que se lanzan al mar por sus propios medios para navegar por el llamado
corredor de la muerte, la peligrosa ruta marítima que utilizan los
balseros para llegar a Miami que tantas muertes provoca. La organización
Archivo Cuba, que dirige María Werlau, ha establecido la aterradora
cifra de cerca de 80.000 fallecidos en el mar desde 1959. La principal
iniciativa de esa organización, que busca promover los derechos humanos
mediante la investigación, es el "Proyecto de Verdad y Memoria", para
documentar el costo en vidas de la revolución cubana.

Más de dos millones de cubanos, de una población de once millones, viven
fuera de Cuba, de los cuales un millón ochocientos mil se encuentran en
Estados Unidos, según el último censo hecho público el pasado mes de
mayo. La primera ola migratoria se produjo tras la llegada de Fidel
Castro al poder, en el año 1959, y no se ha detenido desde entonces, con
éxodos masivos como los de Camarioca o Mariel, utilizados por el
dictador cubano como válvula de escape para dar salida al descontento
popular.

En 1994, después de la "crisis de los balseros", que provocó la huída de
40.000 personas a Estados Unidos, representantes de los gobiernos de
Washington y La Habana se sentaron en la mesa de negociaciones para
estudiar fórmulas que permitan una emigración "segura, legal y
ordenada". La Administración Clinton se comprometió a otorgar 20.000
visados anuales a los cubanos que quisieran emigrar a Estados Unidos,
pero introdujo restricciones a la Ley de Ajuste Cubano, aprobada por el
Congreso, en noviembre de 1966, que otorga a los cubanos el estatus de
residentes permanentes en ese país y les da la opción de nacionalizarse.
Con la llamada ley de "pies secos, pies mojados", Estados Unidos solo
admite a los que logran pisar territorio estadounidense; los
interceptados en el mar son devueltos a Cuba.

Los acuerdos migratorios entre los dos países no ha frenado la llegada
de balseros a Miami. La falta de libertades y la grave crisis económica
de Cuba empujan a muchos cubanos a jugarse la vida en las peligrosas
aguas del estrecho de la Florida. Algunos disponen de visados expedidos
por la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana y podrían
emigrar de manera "segura, legal y ordenada", como asegura que quiere el
gobierno cubano, pero niega la tarjeta blanca a disidentes, jóvenes en
edad militar, familiares de "desertores", y a personas que simplemente
desean marcharse del país.

Los médicos son un caso aparte, necesitan "la liberación", un permiso
especial que en el mejor de los casos se concede a los 10 años de
haberlo solicitado. Por eso son frecuentes las "deserciones" cuando son
enviados a "misiones" en el exterior. Deportistas, miembros del Ballet
Nacional de Cuba, músicos y otros profesionales aprovechan también giras
o competiciones fuera del país para no regresar a Cuba. Se les llama
"quedados". A otra categoría pertenecen los "quedaditos", exiliados de
terciopelo, hijos y familiares de la nomenclatura que deciden vivir
fuera de Cuba, sin que se les ponga trabas para salir del país.

El gobierno de la isla se propone flexibilizar la salida al exterior de
los cubanos como turistas. Eso es lo que recoge uno de los puntos del
programa de "reformas" aprobado en el VI Congreso del Partido Comunista.
Pero hay que recordar que en 2008, durante una visita a Cuba del
canciller brasileño, Celso Amorim, Raúl Castro le dijo que no tenía
intención de eliminar el permiso de salida "en un futuro próximo", por
temor a un éxodo masivo de cubanos, según reveló un cable de la Sección
de Intereses de Estados Unidos en La Habana publicado por WikiLeaks.

Desde la llegada al poder de Fidel Castro, el gobierno ha bautizado cada
año con distintos eslóganes: año de la planificación, del guerrillero
heroico, de los diez millones, de la emulación socialista… El año 2008
pasará sin duda a la historia como el de la trabazón aérea. Pero si Raúl
Castro quiere destrabar los cielos del planeta, buen destrabador será.

http://www.infolatam.com/2011/07/13/cuba-la-trabazon-de-los-aires/

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