viernes, 12 de noviembre de 2010

Cuba: medio siglo de bandazos económicos del castrismo

Cuba: medio siglo de bandazos económicos del castrismo
Infolatam
Jorge Castañeda Jorge Castañeda

Las claves
* Fidel Castro paralizó esas reformas en los años 80 y a finales de los 90.
* Ni Fidel Castro ni Raúl Castro lograron crear un modelo único y a lo
largo de estos años se han dado constantes bandazos.

(Especial para Infolatam de Rogelio Núñez) .- La historia del castrismo
(1959- ) es, desde el punto de vista económico, una historia de
bandazos. Políticamente el régimen se construyó desde el inicio como una
dictadura personalista (Fidel Castro) de partido único y altamente
autoritaria y represiva.

En contraste, en materia económica, ni Fidel Castro ni Raúl Castro
lograron crear un modelo único y a lo largo de estos años se han dado
constantes bandazos permitiendo o prohibiendo la iniciativa privada,
condenando o aceptando los estímulos económicos, rechazando o amparando
las inversiones extrajeras.

Como recuerda el economista Carmelo Mesa-Lago en este medio siglo "la
economía cubana (ha estado) jalonada por la colectivización y la
centralización, siete cambios de organización económica, cuatro cambios
de estrategia de desarrollo…la política económica revolucionaria se ha
caracterizado por ciclos ideológicos y pragmáticos (alejándose y
acercándose al mercado respectivamente)".

El radicalismo guevarista (años 60)

Los años 60 fueron los de las grandes nacionalizaciones de las empresas
extranjeras así como de la propiedad de la tierra. Fue el periodo de
mayor radicalismo e influencia del pensamiento de Ernesto Che Guevara,
que rechazaba los incentivos materiales para estimular la producción:
"todos y cada uno de nosotros paga puntualmente su cuota de sacrificio
consciente de recibir el premio en la satisfacción del deber cumplido,
conscientes de avanzar con todos hacia el Hombre Nuevo que se vislumbra
en el horizonte".

Pero los años 60 también protagonizaron bandazos. Las expropiaciones de
inicios de esa década fueron acompañados del intento de impulsar la
industrialización del país.

Fue un proyecto muy querido por Guevara, a la sazón ministro de
Industria, que finalmente fue inviable y fracasó.

Fidel Castro regresó por un tiempo a cierta ortodoxia comunista
(1963-66) pero en los años finales volvieron los experimento radicales
que culminaron en 1968 con la expropiación de todo el pequeño comercio
de la isla.

Y en 1970 con la famosa zafra de los 10 millones donde se apeló, no a
estímulos económicos, sino morales: "si nosotros no hacemos los 10
millones tendremos dos cosas: una derrota moral
incuestionable…Tendríamos que hacer el recuento de todas nuestras
debilidades, ineficiencias, que todavía nos quedan en el proceso
revolucionario. Tendríamos que sacar esa cuenta, pero con valentía.
Afrontar una derrota. Sí. Moralmente no alcanzar los 10 millones sería
una derrota. No hay la menor duda"..

La ortodoxia soviética (años 70)

Entre 1970 y 1986 el castrismo asumió, de nuevo, los postulados
soviéticos e impulsó una institucionalización política a semejanza del
de la URSS. Paralelamente, en materia económica, el régimen dio ciertos
pasos hacia la liberalización.

Fidel Castro, tras el fracaso de la zafra de los 10 millones, llegó a la
conclusión de que el modelo guevarista era inviable y se vio obligado a
optar por el pragmatismo. La Junta Central de Planificación (JUCEPLAN),
dirigida por Humberto Pérez, llevó a cabo algunas reformas que buscaban
conceder mayor autonomía a quienes dirigían las empresas estatales y
permitir a partir de 1980 el mercado libre campesino.

Los años 70 fueron años dorados en materia económica e internacional que
se vieron interrumpidos por la crisis en la que entró la URSS en los 80.

Si Mijail Gorbachov emprendió la reforma (perestroika) en la URRS, Fidel
Castro prefirió volver a las esencias radicales (el Periodo de
Rectificación) alejándose del mercado.

Su objetivo no "era solamente rectificar los errores cometidos en los
últimos 10 años, o errores cometidos a través de toda la historia de la
Revolución, sino que rectificación está encontrando la manera de
resolver errores que vienen desde hace cientos de años".

En el III Congreso del PCC de 1986 Castro denunció el enriquecimiento de
algunos campesinos y el nacimiento de una casta de los intermediarios,
el despilfarro general de recursos, la hiperinflación burocrática, la
indisciplina y desidia laborales.

Como explica Carmelo Mesa-Lago "Fidel siempre ha sido contrario a las
reformas y cuando las ha hecho han sido tímidas, moderadas, porque ha
habido una amenaza fuerte al régimen".

Así lo recuerda también Emilio J. Cárdenas en La Nación para quien
permitir el cuentapropismo ahora supone "regresar al breve experimento
de apertura ocurrido en 1994, que el propio Fidel Castro se ocupara de
frustrar".

El rechazo de la perestroika (años 80)

Humberto Pérez y su equipo de tecnócratas liberalizadores cayó y Fidel
Castro arremetió duramente contra ellos: "Los tecnócratas hicieron una
suerte de guerra contra mí muy sutil. Se opusieron a las microbrigadas,
a los programas médicos, a muchas de las cosas que yo defendía. Una
guerra sutil de toda una generación de tecnócratas educados por allá.
Porque incluso el papel del Partido empezó a disminuir; si los
mecanismos iban a promover el desarrollo ¿qué papel van a jugar los
cuadros del partido?".

Pese a todo, Castro no había resuelto el problema de la excesiva
dependencia cubana con respecto a la URSS que compraba el 63% del azúcar
a un precio más elevado que el fijado en el mercado mundial, el 73% del
níquel.

El derrumbe de la URSS en 1989-91 arrastró a Cuba que sufrió un golpe
económico muy fuerte (una caída del PIB de más del 35% entre 1989 y
1993). Cuba pasó de recibir 3 miol millones de dólares de la Unión
Soviéticva en 1989 a nada en 1992. Se abrió una nueva época económica
(el Periodo Especial) y en 1993-94 se volvió a la reformas económicas de
carácter aperturista.

Fidel Castro lo explicaba así: "¿qué significa período especial en
tiempo de paz? Que los problemas fueran tan serios en el orden económico
por las relaciones con los países de Europa Oriental o pudieran por
determinados factores o procesos en la Unión Soviética, ser tan graves,
que nuestro país tuviera que enfrentar una situación de abastecimiento
sumamente difícil. Téngase en cuenta que todo el combustible llega de la
URSS, o y lo que podría ser, por ejemplo que se redujera en una tercera
parte o que se redujera a la mitad por dificultades en la URSS, o
incluso se redujera a cero, lo cual sería equivalente a una situación
como la que llamamos el período especial en tiempo de guerra (…) No
sería desde luego sumamente grave en época de paz porque habría
determinadas posibilidades de exportaciones e importaciones en esa
variante".

El regreso del reformismo (años 90)

Aquellas reformas tuvieron un nombre propio, el de Carlos Lage. Fue él,
el artífice de los cambios económicos de los años 90: legalización del
dólar estadounidense, el trabajo por cuenta propia y las inversiones
extranjeras sobre todo en el ramo del turismo.

Lage, quien cayera en desgracia en 2009, impulsó asimismo la dualidad
monetaria, medida que desplomó los salarios y con ellos el poder
adquisitivo de la mayor parte de la población trabajadora. Esas
diferencias sociales que se fueron creando provocaron que pronto Fidel
Castro buscará poner fin a ese experimento.

Pero las reformas también permitieron que se iniciara la recuperación
económica (del 3,5% de media a partir de 1996) y situaron a las FFAA de
Raúl Castro con una enorme influencia no sólo política (desde la caída
de Arnaldo Ochoa y José Abrantes en 1989) sino económica ya que varias
de las más rentables empresas (de turismo, financieras etc.) eran
manejadas por altos mandos del ejército.

Como asegura Óscar Espinosa Chepe "José Luis (Rodríguez) y Lage
cumplieron entonces orientaciones de Raúl Castro, que fue el alma, como
siempre lo ha sido cuando se han hecho tímidas reformas. Hay que
recordar que fue Raúl el que hizo el recorrido por las distintas
provincias explicando las reformas y los cambios, incluso debatiendo en
algunos lugares, porque había personas que no entendían los cambios.
José Luis y Lage fueron ejecutores, pero realmente ni fueron el alma, ni
los que propusieron aquello".

Reformas paralizadas (1996-2010)

Cuando la situación mejoró y, sobre todo, cuando la Venezuela de Hugo
Chávez llegó en ayuda del régimen, Fidel Castro pudo paralizar esas
reformas. Pero el deterioro se ha ido profundizando en estos años, sobre
todo, por falta de inversiones en infraestructuras, vivienda etc.

Las necesarias reformas se han alargado en el tiempo debido primero a la
enfermedad de Castro (2006). Luego al largo proceso de transición entre
la retirada de Fidel y la sustitución oficial por su hermano Raúl
(2008), a lo que siguió el golpe sufrido por Cuba en 2008 cuando la isla
fue azotada por tres huracanes ($10,000 millones en daños).

2009 fue un año de recuperación de esas heridas en medio de una fuerte
crisis mundial. Por eso, sólo ahora en 2010 Raúl Castro ha podido
anunciar su plan de reformas, que suponen como en los 90 un fuerte
ajuste (medio millón de despidos) e incentivos a la propiedad privada
como en los 70 y en los 90.

De todas fromas, y hasta ahora, como señala Carmelo Mesa-Lago, "Raúl
Castro ha introducido reformas positivas pero marginales, que no
resuelven el problema estructural de la economía". A partir de 2011
quizá esto deba cambiar dada la magnitud de los retos que afronta Cuba.

http://www.infolatam.com/2010/11/12/cuba-medio-siglo-de-bandazos-economicos-del-castrismo/

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