domingo, 15 de noviembre de 2009

Raúl Castro y Yoani Sánchez: crónica de fin de régimen

Publicado el domingo, 11.15.09
Raúl Castro y Yoani Sánchez: crónica de fin de régimen
By CARLOS ALBERTO MONTANER

Raúl Castro ordenó darle un escarmiento a Yoani Sánchez, la célebre
cronista cubana autora del blog Generación Y. La policía política --unos
tipos fornidos, generalmente karatecas-- la golpeó en La Habana y en
plena calle. Yoani, una muchacha diminuta y muy delgada, terminó
adolorida y caminando con unas muletas. Junto a Yoani había otros dos
jóvenes blogueros que también fueron maltratados. Mientras les pegaban,
los insultaban y amenazaban de muerte.

El pequeño grupo de escritores se dirigía a participar en una
manifestación pacífica convocada por unos jóvenes músicos que desfilaban
por un barrio céntrico pidiendo paz y el fin de la violencia. Eran las
mismas consignas puestas en circulación por Juanes, Miguel Bosé, Luis
Eduardo Aute, Silvio Rodríguez y Carlos Varela durante un concierto
multitudinario dado en la Plaza de la Revolución hace unas semanas.

¿Por qué sabemos que Raúl, personalmente, dio la orden de castigar a
Yoani? Porque la gran represión en Cuba, la que se ejerce contra los
demócratas internacionalmente conocidos, siempre ha sido una
prerrogativa del jefe del Estado. Durante cuarenta y siete años ese
triste papel lo ejerció Fidel Castro. Desde hace tres, Raúl es quien
dirige la cacería. La lógica de esa sangrienta microgerencia tiene que
ver con la dinámica de las dictaduras caudillistas. El caudillo es quien
único posee el poder de vida o muerte sobre sus súbditos. Si delegara la
autoridad para matar o golpear estaría poniendo en peligro su propio
cuello. En las pandillas verticales, el que ordena la muerte, el que
disciplina, el que escarmienta, es el jefe.

El costo de este espasmo represivo es muy alto. A ver cómo el pobre
Miguel Angel Moratinos, el errático canciller español, explica ahora en
la Unión Europea que la dictadura cubana está aflojando la mano. A ver
qué argumento puede esgrimir el sector blando del gobierno de Obama para
desmantelar las (pocas) restricciones al comercio entre Cuba y Estados
Unidos que todavía subsisten. Yoani, es cierto, sufrió los golpes, pero
las peores consecuencias las ha sufrido la percepción de Raúl Castro. El
anciano general hoy es sólo un gorila más con un ojo involuntariamente
hinchado por uno de sus esbirros.

Y lo peor es que esto le sucede en medio de una creciente crisis
material y moral para la cual no se avizora solución. Todas las pequeñas
reformas con las que Raúl imaginó poder acelerar la producción no han
dado resultado. La sociedad cubana, enredada en las secuelas del
colectivismo, sigue siendo tercamente miserable e improductiva.

No obstante, la zona de mayor gravedad está en el terreno moral. Aunque
en la plaza pública continúan gritando ``socialismo o muerte'' y otras
tonterías parecidas, la verdad es que ya casi nadie dentro de la
estructura de poder suscribe las supersticiones marxistas. Corazón
adentro, lo que desea casi toda la cúpula dirigente cubana es una
reforma profunda que restaure la propiedad privada, ponga fin al partido
único y que Cuba se convierta en un país normal, como esas treinta
naciones que encabezan el Indice de Desarrollo Humano que publica la ONU
todos los años. Sus miembros están fatigados del cuento revolucionario.

aúl no ignora que ésos son los callados deseos de la gente que lo rodea.
Cada vez que puede, se lo dice su hija Mariela, se lo insinúa
tímidamente su amigo Alfredo Guevara, y lo repite entre dientes Eusebio
Leal, el locuaz y efectivo restaurador de La Habana. Hubo una época en
que soñaban con salvar el socialismo. Ya saben que eso no es posible.
Sin embargo, la inercia de la dictadura, sumada a la nefasta influencia
de Fidel, mantiene al régimen empantanado en el viejo discurso y
aferrado a los tradicionales hábitos represivos. En realidad, no saben
qué hacer. El 9 de noviembre, cuando se conmemoró en todo el mundo el
derribo del muro de Berlín, en Cuba celebraron oficialmente la
revolución bolchevique de 1917. Poco después golpearon a Yoani y a sus
valerosos amigos. Dice Yoani que el hombre que le pegaba tenía el miedo
reflejado en su rostro. Lo creo. Son actitudes típicas de fin de régimen.

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CARLOS ALBERTO MONTANER: Raúl Castro y Yoani Sánchez: crónica de fin de
régimen - Columnas de Opinión sobre Cuba - ElNuevoHerald.com (15
November 2009)
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/columnas-de-opinion/story/588184.html

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