sábado, 14 de noviembre de 2009

Autopsia de una revolución

Publicado el sábado, 11.14.09
Autopsia de una revolución
By VICENTE ECHERRI

La presentación del libro ``Los funerales de Castro'', que su autor,
Vicente Botín, hará esta tarde en Miami, no debe confundirse con un
evento literario, uno de los tantos que han tenido lugar en estos días
en el marco de la Feria Internacional del Libro o en su entorno.
Contrario a lo que puede sugerir el título --que hace pensar en una obra
de ficción que anticipa un suceso que tantos cubanos desean y
necesitan--, se trata del más completo y minucioso informe que se haya
escrito sobre ese fraude gigantesco que es el castrismo. De ahí que, más
que el lanzamiento de un nuevo título con sus sabidas convenciones,
imagine esta presentación como la solemne entrega que hace un médico
forense, ante jueces, deudos y testigos de excepción, del documento que
refiere pormenorizadamente las causas de una muerte célebre. El difunto
es la revolución cubana y este libro es su certificado de defunción.

Sorprende realmente que los tres años que ha estado Botín de
corresponsal de la televisión española en Cuba le hayan bastado no ya
para hacer acopio de este gigantesco prontuario, sino para convertirse
en un hermeneuta tan riguroso y tan lúcido de un fenómeno que, pese a su
caterva de fracasos, aún conserva en muchas partes del mundo un aura de
prestigio que persisten en defender sus fervorosos apologistas. El autor
no parece haberse contagiado ni un momento de ese iluso entusiasmo y se
enfrenta al desastre que es la Cuba actual en todos los órdenes
--político, económico, social, cultural-- con un ojo crítico diestro en
desmontar supercherías. Sus conclusiones vienen a validar a los que no
hemos hecho concesiones a la tiranía ni le hemos reconocido ningún
mérito: el castrismo es injustificable, sin ningún logro real y
permanente, sin ninguna cualidad que pueda redimirlo.

Con una precisión clínica, el autor de este libro va levantando las
diferentes ``capas'' del cadáver, cuya disección uno puede ver
haciéndola con escalpelo y tapabocas ante el hedor --figurado y real--
que se desprende de su investigación: la podredumbre física de ciudades
a punto de derrumbarse, con degradantes condiciones de higiene, con
pozos de aguas negras, epidemias, hacinamiento y desnutrición son la
costra visible de la ineficacia burocrática, la represión policial, el
miasma de las cárceles, la corrupción, el latrocinio instituido, el
miedo y la desesperanza. La autopsia demuestra que en la sociedad cubana
actual no existe nada, sobre todo nada que dimane de la gestión oficial,
que haya logrado escapar a la putrefacción.

Si algo viene a reafirmarnos este informe desolador es que la revolución
castrista fue, además, un lamentable error que los cubanos no
necesitábamos. Y que si bien, antes de 1959, Cuba no era el paraíso con
que algunos han llegado a igualarla, sí era un país que progresaba y
donde, pese a sus gobiernos dictatoriales o corruptos, iban quedando
atrás los más típicos azotes del subdesarrollo. Aunque persistieran
bolsones de pobreza y de analfabetismo, los cubanos en general éramos
más libres, más prósperos, más sanos y más felices antes de que Castro
llegara al poder. Esta radical afirmación es uno de los resultados más
obvios y aleccionadores de este detallado post mortem.

Los funerales de Castro, viene a decirnos de algún modo Vicente Botín en
este libro, no son los que algún día con pompa oficial han de tener
lugar en La Habana y han de celebrarse en nuestro exilio, sino esta
larga, ancha y profunda muerte del enloquecido proyecto que el tirano le
impuso a sus compatriotas como una auténtica camisa de fuerza: el
cadáver descompuesto e insepulto de una revolución que jamás debió ser y
que pronto debemos enterrar.

(C) Echerri 2009

VICENTE ECHERRI: Autopsia de una revolución - Columnas de Opinión sobre
Cuba - ElNuevoHerald.com (14 November 2009)
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/columnas-de-opinion/story/587369.html

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